PALABRAS DE CLAUSURA EN EL CONGRESO DE RESILIENCIAS ANTE LA CRISIS CLIMÁTICA 26-07-2024.

Estimadas autoridades nacionales de la UCB. Dra. Mónica Daza, Vicerrectora Académica.

Rectores y autoridades de Sede. Gracias por su presencia en el Congreso.

Agradezco especialmente al Sr. Rector, Mgter. Oscar Ortiz y autoridades de la Sede Santa Cruz que se han volcado en este evento y han dado lo mejor para que todo estuviese exquisitamente preparado, como ha sido. Un aplauso a la Sede Santa Cruz por su acogida.

Agradezco al Dr. Javier Prudencio, Administrador Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo ya todo su personal que han organizado el congreso.

A los investigadores que han compartido sus investigaciones, sus ponencias y sus tesis, gracias por su compartir fraterno.

Gracias al personal de comunicación de la Universidad Católica por su trabajo para que el evento sea conocido y socializar lo que se ha compartido aquí.

Gracias a los investigadores de universidades de Bolivia e internacionales por su presencia.

Y, gracias a los investigadores y docentes de la Universidad Católica que con su presencia y participación activa nos estimulan a un mayor compromiso con la protección el medio ambiente.

Gracias a los invitados y a todos los participantes.

Hemos reflexionado juntos estos días sobre un tema fundamental para el desarrollo sostenible del planeta y de la humanidad: resiliencias ante la crisis climática.

Hemos logrado el propósito de este encuentro que era: Crear espacios de diálogo multidisciplinario que generen acciones concretas aportando a la construcción de resiliencias, como base para el desarrollo integral de propuestas de mitigación de la crisis climática, en el marco de un llamado a la colaboración y encuentro.

Ahora nos toca generar acciones caras a la sociedad para concienciar desde la universidad a una sociedad que anda, tantas veces, inconsciente, engañada, ideologizada o presa de los intereses económicos o políticos que no informan desde la verdad de lo que está sucediendo. Tenemos sociedades mal informadas, manipuladas y que no acaban de enterarse de lo que sucede, porque los que ostentan el poder político y económico, ostentan también el poder sobre los medios de comunicación.

Nosotros, las universidades tenemos que generar acciones para concienciar, desde la verdad y este congreso ha sido una de esas acciones que, estoy seguro, generará otras y muchas más, porque el futuro ecológico de la humanidad se va fraguando en la suma de pequeñas acciones que vayan siendo efectivas y vayan transformando la forma de relacionarnos con la tierra, construyendo en ella, una verdadera casa común, como el Papa Francisco ha expresado en su Encíclica Laudato Si.

Estamos ante un problema de la humanidad y, por tanto, un problema que hay que abordar desde la ciencia, porque la ciencia encara los problemas con objetividad, buscando evidencia, buscando la verdad, que es lo contrario a los intereses de cada uno, sean ideológicos o económicos.

Ahora bien, la ciencia ha de lograr hacer escuchar su voz en la sociedad. No es fácil porque hay muchos intereses que no quieren que se escuche la voz de los académicos, de los hombres y mujeres de ciencia, porque contradice sus intereses económicos y políticos, pero la verdad tiene una fuerza imparable que no se puede detener, solo logran frenar un poco, pero no detenerla del todo, los intereses cortoplacistas y ciegos. La verdad se impondrá, no lo duden, porque la verdad, como nos dijo Jesús de Nazaret, “les hará libres”.

Todo lo que hemos dialogado estos días, lo que hemos compartido, está en línea con la Encíclica Laudato Si del Papa, quien, además, en un mensaje dirigido a los participantes de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, ha insistido en la necesidad de actuar con urgencia para afrontar juntos, «como familia de naciones», esta preocupación común: «cuidar de la naturaleza, para que ella cuide de nosotros».

Siguiendo al Papa, la Universidad Católica Boliviana en su nuevo modelo institucional ha definido la ecología, el cuidado del medio ambiente y de la Casa Común, como una línea transversal.

Uno de los aportes más novedosos del modelo lo constituye esta Responsabilidad Social Ambiental Universitaria (RSAU), que se entiende como un conjunto de medios y mecanismos que actúan en los campos social y ambiental. Y, en cuanto al componente ambiental, en el marco de la RSAU, se dice que tenemos que caminar hacia una producción más limpia y consciente, que la Universidad Católica Boliviana implementa dentro de sus campus, en cada Sede Académica, para minimizar el impacto a la sociedad y al medio ambiente bajo el principio de la ecología integral. Esto es necesario impulsarlo en forma rápida y más eficiente. Ojalá lo hagamos como fruto de este congreso.

El modelo es enfático en la responsabilidad social y ambiental con la que debemos fijar el norte de la educación. Esto supone asumir responsabilidad sobre el impacto de nuestra actuación personal y profesional, sobre la sociedad y el medio ambiente, de manera crítica, respetuosa, comprometida y solidaria. Y, además, todas las universidades juntas, sirviendo a la verdad y no al mercado.

El Papa Francisco en sus reflexiones sobre la necesidad del cuidado de la casa común ha reflexionado sobre la relación entre ecología social y ecología humana. La responsabilidad del cuidado de la casa común tiene implicaciones sobre la forma de vivir, tal vez por eso es tan difícil que se asuman compromisos ecológicos, porque esos compromisos no son puramente estéticos, o comportamientos externos, sino que nos exigen asumir comportamientos con profundo valor ético.

 

No se puede defender la ecología y llevar una vida consumista, hay que asumir una opción por una vida austera.

No se puede defender la ecología sin respetar y defender a los pueblos indígenas.

No se puede defender la ecología sin defender al mismo tiempo un estilo de vida más interesado por las personas que en las cosas.

No se puede defender el respeto a la naturaleza y ser al mismo tiempo defensor del aborto, creo yo con todo respeto.

El ser humano es naturaleza. Es parte de la naturaleza y no cualquier parte, sino la plenitud de la naturaleza; la naturaleza que se dice sí misma.

Ser respetuosos de la ecología es optar por un estilo de vida humano, profundamente humano, austero, capaz de escuchar, que valora a los demás, que ensalza al otro, que pone a las personas sobre las cosas, que sabe compartir, porque un estilo de vida, vuelto de espaldas a lo humano, es el responsable de la destrucción del medio ambiente y de la erosión de la unidad entre lo humano y lo ecológico.

Hemos de volver a la naturaleza, con profundo agradecimiento por todo lo que recibimos de ella. Hemos de volver a la tierra y ser tan humildes como la tierra: humus, de donde viene la palabra humildad.

“Somos tierra y a la tierra volveremos”, afirma el libro del Génesis 3,19. Nuestro futuro es ser tierra, es ser humildes, es defender nuestra unidad con la tierra, de la que venimos.

Hay que volver a la experiencia de religación, de unión con la tierra. No somos independientes, sino esencialmente dependientes. La vida es un don. Es dependencia. Somos dados. Es esa la experiencia que ha oscurecido el reduccionismo en el que vivimos de ver la vida como oportunidad para la ganancia,

Gracias por ayudarnos a amar la tierra y a vivir más en comunión con ella, porque el amor a la tierra de la que fuimos sacados nos vuelve a nuestra más profunda verdad, a nuestra esencia, a nuestro ser.

Gracias a todos y que Dios les bendiga.

P. José Fuentes Cano
Rector Nacional U.C.B.