DISCURSO DEL RECTOR NACIONAL EN EL 58 (QUINQUAGÉSIMO OCTAVO ANIVERSARIO) DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA BOLIVIANA. 14-5-2024

FUNDACIÓN DE LA UCB

La fundación de la Universidad Católica Boliviana tuvo sus origenes en el año 1963, cuando Monseñor Carmine Rocco, Nuncio Apostólico de Su Santidad en Bolivia, y el Dr. Luis Adolfo Siles Salinas establecieron el “Comité Pro Universidad Católica”, con el objetivo de fundar una institución de educación superior inspirada en los principios de la Iglesia Católica.

Pero, tres años más tarde, el 14 de mayo del año 1966, iniciaron formalmente las clases. Hoy celebramos 58 años desde aquel día, 58 aniversarios y 58 años de actividad docente, investigadora, de vida universitaria, ininterrumpida. Felicidades UCB porque continúas adelante haciendo realidad aquel gran deseo, aquella sentida necesidad que vislumbraron nuestros fundadores. Esos fundadores siguen aquí a través de la figura de nuestro Gran Canciller, Mons, Oscar Aparicio y del Consejo Episcopal de Educación Superior. Mons. Oscar  es responsable de mantener la Universidad Católica en esta unidad con sus orígenes y, realmente ha dirigido en forma magistral, sabia y prudente el caminar de la Universidad en este tramo de su historia. Gracias Mons. Oscar por su sabiduría y prudencia.

AÑO DE LA FRATERNIDAD

Nos encaminamos hacia los 60 años de la universidad, el sexagésimo aniversario, con mucha ilusión y con los mismos objetivos que en el comienzo. En este que hemos llamado, año de la fraternidad, invito a todos a estrechar lazos y construir ese don tan grande de la fraternidad y la amistad social en la Universidad Católica Boliviana San Pablo.

En su tercera encíclica, Fratelli Tutti, Todos hermanos, el Papa Francisco constata con pena: “Aumentan las distancias entre nosotros, y la marcha dura y lenta hacia un mundo unido y más justo sufre un nuevo y drástico retroceso”. (FT,16)

En medio de este retroceso que se puede constatar fácilmente en signos como las guerras, el deterioro de la vida democrática, la vuelta de los autoritarismos, los nacionalismos, las divisiones por sexo, raza, religión, regionalismos, la exacerbación de las diferencias y las exclusiones de todo tipo, la Iglesia está llamada a ser, según Lumen Gentium, 1: «Como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (LG 1).

La Universidad Católica, como la Iglesia misma, está llamada a ser un signo y un instrumento de esta unidad en medio de un mundo cada vez más dividido, fragmentado y polarizado. La construcción de la fraternidad es para nosotros una obligación, no es una opción posible, sino la obligación que tenemos desde nuestra identidad católica, porque como diría el visionario San Juan XXIII: “es más lo que nos une que lo que nos divide”, pero lo que nos divide se va poniendo peligrosamente en el primer plano en la experiencia histórica de la humanidad.

Por ello, no debemos permitir que nuestras relaciones se deterioren por los afanes de protagonismo, la competitividad, el ser más que los demás, el estar sobre los otros, la búsqueda del poder, del prestigio, las envidias, la ambición y todo lo que utiliza ese gran enemigo, que nos engaña y tienta, para enfrentarnos y lograr su gran objetivo perverso: “que la sal se vuelva sosa, que la luz deje de iluminar”.

“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo lo recobrará? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee” Mateo 5,13-16

Construir la fraternidad en una universidad católica única, nacional y descentralizada, como nos piden nuestros estatutos, es nuestra misión en la que cada uno debemos aportar, buscando el bien común, el de todos, no el individual de cada uno.

Que el año de la fraternidad, el quincuagésimo octavo, de nuestro camino histórico, nos ayude a construir ese don tan lejano, tan escaso, tan escurridizo, tan poco común, que es el sentirnos y el vivir como hermanos, preocupándonos de los otros y caminando juntos tras un mismo objetivo.

Agradezco a los diferentes rectores y autoridades de sede, a la Junta Nacional y a las Juntas de Sede y a los Obispos de la Conferencia Episcopal Boliviana por este esfuerzo que realizan al servicio de nuestra única universidad para construir en ella la fraternidad y lograr que, a pesar de las fuerzas de dispersión, caminemos unidos.

LA UCB ERIGIDA POR LA SANTA SEDE DESDE EL 6 DE SEPTIEMBRE DE 2023

No olvidemos que hemos sido testigos de un acontecimiento histórico singular, que en la celebración del aniversario del año pasado no podíamos imaginar: la erección canónica de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo, el 6 de septiembre, por parte de la Santa Sede, lo que ha supuesto un reconocimiento singular a la historia y al trabajo de nuestra querida Universidad.

Hemos entrado a formar parte de una gran familia de universidades católicas, al servicio de la misión del Santo Padre en el mundo. Ese reconocimiento nos compromete a seguir construyendo una universidad con clara identidad cristiana, defensora de los principios del Evangelio, una universidad que colabore a construir una sociedad más justa, fraterna e igualitaria y una universidad misionera, comprometida con la evangelización, a través del diálogo entre la ciencia y la fe, siguiendo la enseñanza del Santo Padre, Francisco.

Nuestros docentes y estudiantes pueden beneficiarse de formar parte de una gran familia internacional, unida por los mismos valores, por la fe cristiana y por la búsqueda de la excelencia académica que, caracteriza a las universidades católicas en el mundo.

SOMOS UNIVERSIDAD CON CLARA IDENTIDAD CATÓLICA

Lo que ofrecemos a Bolivia como Universidad Católica Boliviana, nuestra propuesta de valor, lo que nos diferencia, nuestra identidad, es el ser una Universidad Católica.

Esto no nos hace menos universidad, sino más universidad. Si la palabra universidad expresa la aspiración a una totalidad, la universalidad del conocimiento, no reducido a un solo aspecto, católica significa, lo mismo: universal. La Universidad Católica es universal en doble sentido, en el sentido de toda universidad, que aspira a un saber global, total, interdisciplinar y católica, porque los católicos nunca tuvieron miedo a la verdad de la ciencia, ya que una fe razonable es la aspiración de todo católico.

Si la fe no es razonable, si no puede soportar la confrontación con la ciencia, entonces no puede aspirar a ser universal. Solo lo racional puede aspirar a ser universal.

La Universidad Católica aspira a la verdad plena que trasciende la verdad científica, empírica y comprobable, para indagar y preguntar por el sentido de todo lo que existe, la verdad que está más allá de lo visible, pero no menos importante para la vida. Por ello contamos, y estamos orgullosos, con una Facultad de Teología y carreras de Filosofía y de Antropología, que deben ser impulsadas y cuidadas con esmero por la Universidad Católica.

La Universidad Católica busca una formación integral de los estudiantes, integral, porque considera al ser humano como una totalidad de alma, cuerpo, psique, todo lo que expresamos cuando decimos que todo ser humano es una persona. En la Universidad Católica se educan personas integras y de forma integral. No solo profesionales, bien formados intelectualmente y bien dotados, sino personas que sean capaces de decidir bien, actuar de acuerdo a valores humanos y cristianos, que se dejen orientar y aconsejar, que sean humildes, esforzados, honestos y que sepan arriesgarse, aunque se metan en problemas, por una sociedad mejor, basada en la verdad y la justicia.

Somos conscientes de que formar profesionales así, exige a nuestros docentes y personal administrativo, mucho más que otras universidades, porque los valores se educan mediante el esfuerzo. Somos conscientes de que exigimos mucho más de lo que se puede exigir por un salario, exigimos opción, convicción, vocación, esfuerzo, dedicación y capacidad para educar mediante el propio ejemplo personal de entrega y de preocupación de los unos por los otros. Gracias docentes, investigadores, personal administrativo por este esfuerzo opcional y añadido al trabajo que realizan. Gracias por su identificación con los valores de la UCB y su amor a ella.

NUESTRO MODELO INSTITUCIONAL

Todo este ideal, esta identidad, este sueño de universidad con su base en la identidad católica, ha sido recogido en nuestro Modelo Institucional, que también ha sido elaborado por toda la universidad, agradezco a todos por este trabajo, liderado por todo el equipo del Vicerrectorado Académico Nacional, del que me siento orgulloso. El modelo institucional, con su modelo académico, educativo, pedagógico, sus tres funciones sustantivas:

  1. Formación docente,
  2. Investigación, desarrollo e Innovación y
  3. Interacción social y Extensión Universitaria.

Sus ejes transversales: responsabilidad social ambiental universitaria, en la línea de la Laudato Si y la Internacionalización, deben ser asumidos por todos y que constituya el norte hacia el que queremos dirigirnos aunando todos los esfuerzos en una misma dirección. Toda esta visión tenemos que irla haciendo opción práctica en las decisiones que vamos tomando y el trabajo que realizamos. No basta con tenerlo escrito, ahora viene el trabajo para hacerlo realidad.

Nuestro modelo institucional quiere lograr profesionales con capacidad para pensar e interpretar el mundo en el que vivimos y, fruto de ese objetivo, es que se están implementando en todas las carreras las nuevas materias humanísticas: pensamiento crítico, epistemología y ética profesional.

Los estudiantes y profesionales de la Universidad Católica Boliviana deben caracterizarse por la capacidad de dialogo interdisciplinar. Hay que encontrarse con los diferentes y aprender a caminar con ellos. Hay que formar mentes pensantes, intelectuales y no solo técnicos.

Es importante fomentar el diálogo entre todos, entre carreras, entre regiones, en un intento por hacer pensar e integrar la pluralidad.

Hay que introducir el pensamiento crítico en todas las materias de la universidad. Necesitamos docentes que fomenten el pensamiento crítico en sus clases y eduquen en la capacidad de pensar en forma crítica.

NUESTRO PLAN NACIONAL DE DESARROLLO UNIVERSITARIO 2024-2033

Contamos también con un Plan Nacional de Desarrollo Universitario para 10 años que concreta en Áreas de Desarrollo, Políticas de Desarrollo, Objetivos Estratégicos y Resultados de Impacto, complementado por un Plan de Desarrollo de cada una de nuestras sedes, con actividades estratégicas propias y que será evaluado progresivamente, pero atendiendo a los resultados más que al cumplimiento férreo de cada una de las actividades. Un Plan, no fundamentalista, sino orientador de todo el camino de puesta en práctica del Modelo Institucional que queremos concretar en la Universidad.

El camino a recorrer está marcado, ha habido mucho trabajo, mucho diálogo, mucha participación y ahora es el momento de enfocarnos en el quehacer docente, de investigación y de desarrollo de la interacción social en la Universidad. Aspiramos a seguir siendo la universidad con mejor calidad docente de Bolivia, una universidad que investiga y que educa en relación con la sociedad en la que estamos insertos. Aspiramos a ser no solo la mejor universidad privada de Bolivia, sino realmente, la mejor universidad en Bolivia y a situarnos entre las mejores de Latinoamérica. Tenemos ambiciosos objetivos, no para ser más, sino para servir mejor. Pero es necesario que caminemos unidos y que todos colaboremos con el logro de los mismos objetivos.

SOMOS UNA UNIVERSIDAD EN SALIDA AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD

De las diferentes funciones sustantivas que dibuja el Modelo Institucional quiero detenerme en la Interacción social y extensión universitaria, que nos va a hacer reflexionar y dialogar mucho en los próximos meses.

La Universidad Católica Boliviana “San Pablo” siguiendo la invitación del Papa Francisco y en respuesta a su identidad, debe mirar a la sociedad en la que se inserta, mirar cómo servir a esa sociedad y no centrarse en sí misma, para ser fiel a su identidad.

Queremos cambiar la sociedad de acuerdo al proyecto de Jesús de Nazaret predicado por su Iglesia. No existimos para mirarnos a nosotros mismos, o para nuestra autocomplacencia, sino para comprometernos en la construcción de una nueva sociedad y de un ser humano íntegro.

Una universidad en salida se construye con la participación de todos: las diferentes sedes en nuestro país, el aporte de los docentes, los estudiantes y el personal administrativo. Hemos creado las estructuras de diálogo y participación para que todos sean protagonistas en la construcción de la Universidad. De ahí que nuestra unidad académica básica de participación, como consta en el modelo educativo de la UCB, sea la Facultad, que debe ser un organismo vivo y participativo que logre la deseada y necesaria descentralización.

La interacción social debe ser un pilar del trabajo académico de la universidad, organizada desde las facultades, en un proceso educativo que culmina no solo con la finalización de los estudios, sino con la adquisición de un empleo. Nuestra universidad debe buscar la integración social y ayudar a culminar el trayecto universitario en la empleabilidad.

Nuestra universidad investiga queriendo dar respuesta a las necesidades del país. Buscamos una investigación aplicada a los problemas del desarrollo en Bolivia, como el cambio climático, el problema de la pobreza, cercana a los requerimientos del medio e integrada en el tejido empresarial, social y humano, así como en las necesidades de desarrollo público y privado.

Agradezco a la Administración Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo que, desarrollando esta función sustantiva, está logrando institucionalizar la actividad de la investigación, que caminaba, si bien con tareas encomiables individuales que agradezco, pero inconexas e individualizadas, pero no como obra de investigación de la Universidad y hay que felicitar la creación de nuestro Observatorio Nacional de la Realidad Económica y Social, para no estar de espaldas a la realidad y, aportar desde la ciencia, a los problemas no pequeños que sufre la sociedad boliviana.

También agradezco la organización del Instituto Nacional de Conservación del Patrimonio Religioso y Cultural para servir mejor a las necesidades de la sociedad, pero también a las necesidades de nuestra Iglesia.

Estamos caminando muy de cerca a las necesidades de la Iglesia y debemos caminar todavía más cerca de ella y de sus necesidades, porque la Iglesia realiza un gran servicio a la sociedad a través de miles de obras sociales, que ayudan a los más pobres en toda Bolivia.

Debemos mirar con predilección la obra social de la Iglesia, que se ha ido integrando en la vida universitaria, nuestras Unidades Académicas Campesinas y UPPAES, verdadero trabajo académico en el corazón del mundo rural y urbano, que debemos incorporar cada vez más en la vida universitaria y, también incorporarnos todos a ellas, conociéndolas mejor. Nosotros somos parte de la Iglesia, sentimos con la Iglesia, nos preocupa lo que preocupa a la Iglesia y servimos a la Iglesia.

Como Universidad, colaboramos también con esa obra social de Iglesia, a través del voluntariado de muchos estudiantes que se integran desde la profesión que han elegido en muchas de estas obras y agradezco a las direcciones de Pastoral de las diferentes sedes de la UCB, que organizan esta actividad y a los estudiantes sensibles que participan en ella.

Sigamos construyendo la Universidad Católica Boliviana, al servicio de la sociedad y de la Iglesia y seamos solidarios con los más necesitados del país

UNA UNIVERSIDAD QUE SE EXTIENDE

La Universidad ha realizado un esfuerzo ingente para extenderse allí donde ha sido requerida su presencia y donde se ha considerado necesario su servicio, no solo atendiendo al principio de sustentabilidad económica, sino también al principio de servicio a quienes necesitan. Agradezco al Vicerrectorado Administrativo Financiero Nacional y a su equipo, a la Secretaría General, al Vicerrectorado Académico y equipo y a las sedes, por ese trabajo contra reloj que han realizado.

La UCB ha creado el año pasado 18 nuevas carreras siempre pensando en las necesidades de los jóvenes bolivianos, una de ellas, por la que quiero felicitar a las sedes por su ingente esfuerzo, ha sido la carrera de medicina que se ha extendido a todas las sedes de la UCB, porque sanar forma parte de la misión de los cristianos siguiendo el ejemplo de Jesús y porque nuestros estudiantes merecen una oferta académica de calidad que les haga buenos médicos y, sobre todo, médicos que sanen a la persona integral, para lo que se necesita cultivar valores especiales. Eso vamos a hacer.

Además, la Universidad se ha extendido, respondiendo al llamado de los Obispos de Bolivia, a Sucre, creando una nueva Sede allí y a Oruro, donde ya existe una nueva sede y vamos a comenzar el curso próximo.

Somos una universidad que se extiende, que no está inmóvil y estática, sino que crece, en un contexto de tiempos difíciles, para servir más y mejor a Bolivia. Se ha creado una nueva Unidad Académica Campesina en SACACA, Potosí, con la carrera de enfermería y en la ciudad de El Alto con un buen número de estudiantes en Gastronomía, Fisioterapia y Kinesiología, así como Bioquímica y Farmacia.

Hay que mirar esta extensión desde el punto de vista del esfuerzo de servicio a la sociedad que está haciendo nuestra universidad. Lo demás, vendrá por añadidura.

UNIVERSIDAD CON PROCEDIMIENTOS SEGUROS, PERO ÁGILES

Soy consciente de que la Universidad, en su historia, se ha ido ralentizando en sus procedimientos, que se han ido haciendo complejos, complicados y que pueden llegar a desmotivar la actividad docente y administrativa. Sin duda ha sido la buena voluntad lo que ha guiado el proceso de contar cada vez con procedimientos más claros, pero el resultado ha sido una complicación que no ayuda en el trabajo diario.

Estamos en pleno estudio de varios de estos procedimientos, especialmente el reglamento de adquisiciones y contrataciones para hacerlo más propio de una empresa privada moderna, que de una institución lenta e ineficiente.

Nuestros procedimientos deben ser transparentes, que fomenten la honestidad, y eviten todo favoritismo, como debe ser una administración inspirada en la Doctrina Social de la Iglesia, pero no lenta, ineficaz, complicada y desmotivadora.

Espero que tendremos pronto buenas noticias en este deseado objetivo para todos.

CAMINEMOS HACIA EL SEXAGÉSIMO ANIVERSARIO CON NUEVAS ACTITUDES

Pero también puede suceder que cambien los procedimientos y todo siga igual, porque no cambien las actitudes. Qué importante cambiar actitudes. La actitud es la disposición del ánimo de cada uno de nosotros.

Hay quien tiene actitudes de resentimiento, camina por la vida enojado por su historia y convierte en víctimas a todos aquellos con los que se relaciona. La actitud es la forma como trabajamos, la forma como enfrentamos cada día las relaciones. La actitud es lo más difícil de cambiar, porque los reglamentos los podemos cambiar, las normas las podemos revisar, pero si la actitud no cambia todo sigue igual.

Por más normas que se pongan en una institución, quien no sabe acoger con una sonrisa, no lo va a hacer nunca. Quien no ama, no va a preocuparse nunca por los otros, quien anda encerrado en sus propias preocupaciones, nunca se abrirá al diálogo con los diferentes.

Quien busca su propio protagonismo será siempre competitivo y no estará de acuerdo con nada que no venga de sí mismo.

Quien vive la vida con amargura, no tendrá jamás alegría, ni se alegrará de los éxitos ajenos.

Si alguien se siente mal y lo ve todo negro, jamás será capaz de querer a esta institución, por más que le ofrezca, ni de amar a esta familia.

La profesión es lo que hacemos, pero la vocación es el cómo hacemos lo que hacemos. Todos los reglamentos perfectos del mundo son incapaces de lograr que alguien viva cada día por vocación y haga lo que hace por vocación.

GRACIAS FAMILIA UCB

Gracias a todos los que son capaces de trabajar con ilusión, a los que todavía quieren cambiar algo, a los que son capaces de llorar cuando un compañero pasa por un sufrimiento, a los que se duelen con las desgracias ajenas, a los que trabajan como si se tratase de su propia familia y de su propia casa, a los que sonríen cada día, aunque traen problemas de su casa.

Gracias a las autoridades que sienten la UCB como propia, a los que hacen más fácil la vida de los demás, a los que reparten alegría y transmiten paz y felicidad.

Gracias a todos cuando alivian las penas de la vida, cuando logran que de gusto estar juntos. “Qué bien se está aquí”, le dijeron los apóstoles a Jesús en el monte tabor, ante el espectáculo de la transfiguración. Hay personas que saben hacer de la tierra un cielo. Gracias a esos compañeros de camino por ayudarnos.

Gracias a cada uno de ustedes que hacen posible cada día el trabajo y los fines de esta gran institución que es la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”.

Gracias a todos y que Dios bendiga nuestra Universidad.

P. José Fuentes Cano
Rector Nacional
Universidad Católica Boliviana «San Pablo»